viernes, 29 de abril de 2011

gobierno de cuba

Desde el triunfo de la Revolución Cubana (1959), el sistema político de Cuba ha sido el de una democracia popular o sea un típico estado socialista, con una socialización (estatización y en ocasiones, cooperativización) de los medios de producción. Durante casi cincuenta años, Cuba fue dirigido por Fidel Castro, primero como primer ministro (1959) y luego como presidente del Consejo de Estado, el máximo órgano ejecutivo, y el Consejo de Ministros (1976), actualmente al mando de su hermano Raúl Castro.

La actual Constitución de Cuba, reformada en 2002,[1] establece que Cuba es un Estado socialista de forma irrevocable, impidiendo cualquier modificación del régimen socio-económico. La Constitución dice en su Artículo 5 que:
El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista.

Comenzando en el año 1959, las tierras fueron sometidas a dos radicales reformas agrarias en las que se limita la tenencia de tierras a tres caballerías por una sola persona que, según la constitución del 1976, previa autorización estatal, pueden incorporar sus tierras únicamente a cooperativas de producción agropecuaria o venderlas o permutarlas al estado, o a cooperativas y agricultores pequeños[2] y la autogestión de los organismos productivos. Sin embargo, desde la crisis económica provocada por el fin del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), el gobierno ha promovido una apertura a la inversión de capital extranjero en condiciones de privilegio frente a la inversión que pudieran hacer los cubanos. Las inversiones del exterior son permitidas siempre que el capital extranjero no sea más del 49 % del capital invertido en una industria.

Las fuerzas opositoras al gobierno cubano argumentan que una de las razones de la permanencia en el poder de Castro desde 1959 se debe a la combinación de un sistema de partido único (Constitución de la República de Cuba) —según el Artículo 5 de la Constitución del 1976, el Partido Comunista de Cuba es definido la "fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado"— Ellos también señalan la imposibilidad de promover organizaciones opositoras,[cita requerida] en referencia al Artículo 62 de la Constitución vigente que establece:

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